28.4.08

A grandes males, ridículos remedios

Tan sólo 4 horas les ha hecho falta a las cerdas (y cerdo adjunto) que habitan este santo piso para echar por tierra la media hora que me ha costado limpiar la cocina. He terminado de limpiar a las 20:00 y a las 0:00 parecía que había pasado un batallón, dejándola casi peor de como estaba antes de que yo la limpiarla. Hace dos o tres semanas, y después de un incidente similar, a Dios puse por testigo que no volvería a limpiar la cocina... Pero he vuelto a picar y a pecar... de ingenua.

La situación al llegar a casa después de una amena velada era, como dirían los medios de comunicación, dantesca. Me he quedado paralizada y con cara de pánico nada más entrar a la cocina; las cerdas y cerdo adjunto han intercambiado miradas nerviosas, y una de ellas se ha atrevido a dirigirme la palabra ¡¡haciéndome la pelota incluso!! Mi respuesta escueta e iracunda ha sentenciado la conversación de un plumazo y he decidido retirarme a mi habitación para meditar sobre los hechos.

Una vez que me he calmado, gracias a Larry David, y que el interminable y escandaloso ruido de cacharros en la cocina ha cesado, me he acercado para ver los daños y tomar medidas en el asunto. Tenía varias opciones, a saber:

- Reproducir los hechos de 'Bowling for Columbine'
- Montar una escena
- Dejar una nota en 'el muro de las lamentaciones' o nevera, y así provocar el cabreo de Mariola, que considera cualquier nota en la nevera ofensiva...
- O privarles de algunos de esos utensilios de los que disfrutan alegremente, sin saber que son míos.

Finalmente he decidido decantarme por la última opción, que ya me rondó por la cabeza la semana pasada cuando la cerda mayor y su cerdo adjunto rompieron una de mis copas, sin ofrecerse tan siquiera a reemplazarla... O cuando desapareció durante tres semanas mi cazuela porque estaba dentro de un congelador llena de hielos. Así que he tenido que reestructurar mi cuarto para hacer un hueco a los utensilios, pero no ha sido muy complicado, y sin duda merecerá la pena cuando vayan a coger...:
- Esa sartén naranja que todo el mundo utiliza porque el resto se caen a cachos
- Esa única cazuela con asas de plástico que permite que no te quemes cuando la pones en el fuego + supletorio para hacer cositas al vapor + tapa
- El único abridor de botellas de la casa
- El molde de bizcochos de silicona
- El aparatito de hacer espuma la leche
- Un plato llano, un plato hondo, un plato pequeño y mi taza.

Triste, ¿verdad? Pues sí, pero 'más triste es de tener que pedir'. Si las cerdas no respetan ni el lugar en el que viven, ni a las compañeras con las que viven, ni tan siquiera lo que ellas hacen por hacer del piso un lugar salubre... pues 'what you gonna do'... chorradas de este tipo. Al menos ahora me reiré como Pierre Nodoyuna cuando vayan a saborear su vinito en sus copitas y tengan que ingeniárselas para abrir la botella.



*Escuchando 'Class' - Chicago (maravillosa).

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