La ley del más fuerte. Esto es lo que me tengo que repetir cada vez que enseño mi habitación para alquilar. O eso, o me siento terriblemente mal. Hace casi dos meses prometí que cuando enseñase el piso no me callaría nada y comentaría todas las 'reglas' del zumbado este. Es decir, tal y como no hicieron conmigo, puesto que no me gusta hacer lo que no me gusta que me hagan a mí. Pero claro, cuando pasan dos meses y lo único que quieres es irte de aquí para no ver su asquerosa y grimosa cara... empiezas a olvidar algunos detalles a la hora de enseñarla...
El caso es que ya está alquilada. Aún no quiero pregonarlo mucho porque hasta que no tenga el dinero en mi mano... no me fio. Y, como siempre, he aprendido muchísimas cosas con esta experiencia:
1) Me he vuelto infinitamente más desconfiada. ¿Honestidad? En esta ciudad la han borrado del diccionario.
2) No vuelvo a meterme en un piso en el que, para recuperar la fianza, tenga que buscar yo a la persona... y que encima le guste al zumbado del piso, que es el que espanta a quien llega.
3) No vuelvo a alquilar un piso sin verlo... no por el piso, pero sí por sus habitantes.
4) No quiero saber nada del feng shui, las katanas de madera, la imposición de manos, ni los ritos del incienso; ni qué decir de los fachas... Mi cupo está MÁS QUE COMPLETO. A partir de hoy soy una facha antifacha... y no paso ni una homofobia, xenofobia, vascofobia, paradofobia y demás fobias de mamarrachos de tal calibre.
5) He aprendido que, o te olvidas de ciertos detalles (como por ejemplo por qué me voy, cuánto tiempo llevo, cómo es realmente el ogro del piso...), o lógicamente ni dios viene aquí a vivir. Yo tampoco habría venido si hubiera visto su puta cara.
6) No me vuelvo a encariñar tan rápido con la gente que a la mínima ya pasan de ti y encima te tratan mal.
7) Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y por eso me vuelvo al 'mal' piso del primer año... que por lo menos ya sé lo que me voy a encontrar.
8) La ley del más fuerte impera en esta auténtica jungla de asfalto. Y yo me he convertirdo en presa y depredadora casi al mismo tiempo...
Lo siento por Andrea, que viene de un piso en el que los chicos se encierran en su cuarto y no le hablan. Lo siento porque parece una maña de lo más maja. O no. Qué sabemos si realmente no es como parece... El caso es que aun pensando en la ley... me siento mal. Pero es lo que hay.
Bueno, pues así pasan las semanas, entre quebraderos de cabeza, decepciones, frustraciones y estrés. Y así de 'lost' estoy yo... sobreviviendo. Sin embargo, estoy completamente convencida de que a partir del día 1 voy a ser mucho, mucho más feliz :) Por cierto, pronto espero poder presentar en sociedad a mi nuevo juguetito en el que me temo que voy a invertir gran parte de mi creatividad y mi tiempo libre :D
Mientras tanto LA canción:
* Escuchando 'El viento' - Tahures Zurdos
Un, dos, tres
ella quiso bailar con el viento
su violento vals.
Rodeada de nada siguió por tormentas
y rumbo al amor.
Se curaba con sal sus heridas
en agua de mar.
Cauteriza el dolor que sintió
todo menos perder la noción.
Buenos tiempos, buen rumbo, buen mar
fue tan fácil dejarse llevar
pero el trueno se quiso burlar
de su fragilidad.
Y las nubes taparon al Sol
tanto frío su pecho rompió
y sintió que nadie le cuidaba.
Ella sola frente a las aguas
contra el dolor, el mar, la sal
... ella quiso bailar
pero el viento se volvió de sal.
Ella quiso bailar
pero al viento no pudo tocar
y sintió que nadie le abrazaba.
Ella sola frente a las aguas
contra el dolor, el mar, la sa
l... ella quiso bailar
pero el viento se volvió de sal.
