27.4.07

Rufuchizada

Siempre me ha gustado mi amiga Silvia. Su forma de ser, su caracter, su cultura, su alegría... y su blog, claro está, que es como una prolongación de sí misma. Así que he decidido hacer lo más inteligente en estos casos: copiar; concretamente la idea de su último post que tantísimo me ha gustado y que no es otra que venerar a Rufus Wainwright. Como escribía hace un par de días 'se acabó la espera': Rufus publica su quinto disco 'Release the stars'.

Con todos mis cantantes o grupos preferidos me pasa lo mismo: hay una parte de mí que no quiere que saquen disco nuevo, no vaya a ser que me decepcionen. Sobre todo porque todos los comienzos son difíciles, y cuesta dejar de escuchar esas canciones que llevas tatuadas en la piel (y en el cerebro) por unas nuevas que no conoces de nada. Extrañas, intrusas y hasta algo altivas ocupando un lugar destacado en el reproductor frente a más de 15 gigas de música...

Rufus no es una excepción, todo lo contrario. Cada disco que saca es diferente y hay que amoldarse a sus ritmos, a sus instrumentos, a sus arreglos musicales... Pero en todos se mantienen los ingredientes básicos: frescura, originalidad, clase, diversión, elegancia y una voz cadente, que como dice Oskia, 'parece que te susurra al oído'. Aún le estoy cogiendo el paso a 'Release...', pero yo en realidad quería hablar de cómo conocí a Rufus.
Creo que es de los pocos músicos que recuerdo con pelos y señales en qué momento, cómo y por qué le conocí. Fue en febrero de 2004, cuando viajé a Londres con mis compañeras de piso, y Oskia me pidió que por favor le comprara los cd's de un tal Rufus. Costó un poco, pero finalmente los localicé. El viaje se desarrolló con (poca) normalidad y llegó la hora de volver a casa. Madrugada en el aeropuerto de Stansted, unos sofás incomodísimos, cientos de personas tiradas a nuestros pies y toda una noche por delante... una de las más curiosas de mi vida. Así que decidí escuchar al tal Rufus mientras hojeaba un libro impresionante de hadas buenas y hadas malas que me había comprado en el viaje. Decidí comenzar por el 'Want One' y no fui capaz de quitármelo de la cabeza en varios meses. Por más que rebusco, no hay adjetivos para describir aquél momento: Rufus y hadas.

Al igual que Silvia, había escuchado la BSO de 'Moulin Rouge' doscientas mil veces... pero nunca me planteé buscar algo más de ese tal Rufus que nos deleitaba con su mejor francés en 'Complainte de la butte'. La atracción hacia Rufus fue creciendo a pasos agigantados y a pesar de que costó algún viaje y varios disgustos... al fin conseguimos verle en directo en una Barcelona lluviosa y más bohemia de lo normal, por una noche. No creo en la Felicidad, pero sé que ese día rozamos uno de los niveles más altos de momentos felices.

Como en una cadena de favores: gracias Oskia por haberme descubierto a Rufus (casi nada). Gracias Rufus por haberme proporcionado todas las sensaciones (y más) que la música pueda dar. Y Gracias Silvia por poner aquél fondo de pantalla (y yo el mío), porque sin ellos quizá hoy no nos conociéramos.

*Escuchando 'Going to a town' - Rufus Wainwright

25.4.07

Somewhere over the... time

Siempre he dicho que uno se da cuenta de que se hace mayor cuando ve que la gente famosa es más pequeña que uno mismo. Una gilipollez como otra cualquiera. El caso es que he descubierto otro parámetro para darme cuenta del paso del tiempo: ver fotos de mis amigas y ver cuantísimo han cambiado... ¡tanto que casi ni las reconozco!

Dentro de dos meses cumpliré un año viviendo en Madrid. Por más que lo pienso, no puedo creerme lo rapídisimo que ha pasado. Si tuviera que hacer un cómputo general del año, a pesar de lo que ha sufrido este pobre blog, me saldría positivo... ¿Optimista? No exactamente. Simplemente es que lo bueno siempre brilla más :)

Hace tan sólo un año tenía que despedirme de un piso en el que viví grandes momentos, de unas compañeras insuperables, de objetos tan tontos como el 'cacharro-de-hacer-espuma-la-leche', de eurocerves, y de amigas para toda la vida. Pero también de disgustos, de un camino monótono hacia un edificio lleno de malas personas, del aburrimiento más absurdo, de la dependencia de mis padres y de una apatía demasiado arraigada. Mentiría si dijera que no me dio pena irme, pero también lo haría si dijera que lo echo de menos. En su momento me dio pena separarme de los elementos que crearon lo que hoy es mi vida. Y hoy echo de menos no ver más a menudo a todos esos elementos... y 'elementas' :P

Así que sólo espero que en alguna parte del arcoiris... o del tiempo, se junten el agua y el sol... o la menda y las elementas y nos hagamos esa foto que falta en mi cuarto (¡y en los vuestros!) Para que no nos cueste reconocernos con nuestros cambios de look. Para que no nos olvidemos de que seguimos ahí... al otro lado del arcoiris.

* Escuchando 'Huddle Formation' - The Go! Team

23.4.07

Control

'Curb your enthusiasm' (un gran descubrimiento de serie), viene a decir que da igual cuánto tengas o hasta dónde llegues en la vida... porque toda una serie de problemas absurdos y estúpidos (o no tanto) aparecerán para fastidiarte el resto de tu existencia.

Llevo desde ayer dándole vueltas a una frase que me dijo caperucita rusa: "tu vida es la caña". Llamadme inconformista... pero a mí no me parece pa' tanto. Como todo, supongo que hay dos formas de mirarlo y he llegado a la conclusión de que no es tanto cómo sea tu vida, sino, cómo la cuentes, qué destaques, e importantísimo, en qué tono lo hagas. Porque de cómo es a cómo parece... va un trecho. Sin embargo, creo que todas las vidas se parecen mucho (al menos en sus metas) y en realidad lo único que las diferencia es el envoltorio y el tiempo de maduración... como los vinos. Aunque a simple vista dos vidas no tengan nada en común, al final todos aspiramos a lo mismo: ser queridos y sentirnos queridos (no menos importante que serlo).

Hasta ahora no me creía aquello de que somos seres que vivimos en sociedad y como tales no podemos escapar de ella. Pero me hago mayor y, aunque me fastidie y me reconcoma sólo de pensarlo, la experiencia me demuestra que es cierto. Todo está clasificado, todo son etiquetas y todos estamos numerados. Hasta el más mínimo resquicio de sorpresa o inocencia están controlados. Es tal la vigilancia, que es paradójico que traten de vender que hoy por hoy tenemos mucha más libertad, cuando lo único que hacen es preocuparnos constantemente para que cumplamos con nuestras "obligaciones".

Al final, lo único que tenemos son un montón de pozos a nuestros pies esperando a que caigamos dentro: el pozo de ser bellos, el pozo de formar una familia, el pozo de tener un buen trabajo, el pozo de tener una pareja, el pozo de tener un estatus, el pozo de pertenecer a una tribu, el pozo de no caer en la tristeza, el pozo de tenertenertener... Siempre he creído que existían estos pozos, pero antes pensaba que uno podría crear su propio pozo, adornarlo a su gusto y escapar de los clichés. Ahora ya me he dado cuenta de que para poder cavarlo necesitas un terreno; para tener un terreno necesitas dinero; y para tener dinero antes tienes que caer en los otros pozos.

Un niño una vez creyó que a cada persona le correspondía una pareja, una casa, unos hijos y un coche. Todo el mundo lo tenía, y por lo tanto debía de ser algo como el DNI... vamos, tuyo por defecto. Con el tiempo se dio cuenta de que no era así exactamente... Y menos mal. Pero tiempo al tiempo; ya veremos si esta inocente idea no se convierte en el antídoto (o el negocio) para combatir la enfermedad de la tristeza.

* Escuchando: Perfect world - Liz Phair

20.4.07

Hola, me llamo Sonia y soy vaga

Después de esta declaración de principios, he decicido que me gustaría crear un 'Vagos anónimos'. Pero claro, tal y como acabo de admitir, soy vaga... así que difícilmente lo haré realidad. Supongo que entre los escasos (pero importantísimos todos) lectores de estas líneas tiene que haber algún otro vago... ¿No os pasa que estáis como hiperactivos pero sin la parte de activos?

Quicir... yo tengo como un montón de energía corriendo por mis venas... ¡la siento! Pero no pasa de mi cerebro (y como mucho de mis caderas botando encima de la cama mientras suena Mika). Mi cabeza va a mil por hora pensando en la de cosas que puedo y quiero hacer en estos tres días libres (y hasta en los próximos meses). Pero mi cerebro, que es un poco cabrón, me recuerda que por orden de necesidad (que no de prioridad) la primera actividad a realizar es: ORDENAR Y LIMPIAR EL CUARTO. Puuufffff... es que así no hay quien se levante de la cama.

Soy vaga y aunque lo reconozco, no acabo de aceptarlo a estas alturas de mi vida. ¿Quizá falle algún tipo de conexión entre mi cerebro y las extremidades de mi cuerpo? Estoy convencida de que tiene que haber alguna explicación científica para esta terrible enfermedad. También me he dado cuenta de que siempre que no quiero hacer nada acabo escribiendo aquí... curioso.

Ale, todos a saltar con Mika: EVERYBODY'S GONNA LOVE TODAY, LOVE LOVE MEEEE!

17.4.07

¿Dónde se esconde el tiempo?

Con el tiempo me pasa como con las palabras que no salen en las fotocopias: que no sé dónde va a parar. Seguramente estén todos juntos de fiesta con las garantías y los manuales de instrucciones, que nunca encuentras cuando más necesitas.

Veamos, a mí últimamente me faltan varias horas al día. Hay algo o alguien que se las come, me las choriza, sisa, manga... arrebata sin piedad; y todos los días me quedo como una pánfila mirando el reloj a la una de la mañana y viendo cómo se ha pasado un día más y no me ha dado tiempo a hacer nada, o al menos casi nada de todo lo que realmente me gustaría haber hecho.

Pero lo más triste del asunto es que estamos a lunes y yo os aseguro que vivo en 'el-día-de-la-marmota', algo que no me importaría si fuera un día en el que durmiera 10 horas, me despertara un rayito de sol, me levantara con una caricia, entrara la brisa marina por mi ventana... en fin, no sigo que me deprimo. Sin embargo el día que me ha tocado a mí es uno con ordenadores que se bloquean, jefes que también se bloquean, vídeos de animales de los que conozco cada gruñido de memoria, mucha farsa y poca buena televisión... Un día estresante que desquicia a cualquiera y que está exclusivamente aderezado por breves dosis de amor y conversaciones surrealistas sobre los trabajos más viriles de nuestra sociedad capitalista y decadente... por poner un ejemplo tonto y al azar.

Y aquí estoy de nuevo, a la una de la mañana sintiéndome como un hámster, enjaulada, dando vueeeeeltas y vueltas en una monótona y absurda rueda llamada rutina... la culpable del extravío de mis horas; la que tanto odias cuando tienes y la que tanto añoras cuando te falta. Bueno, os dejo con Phil... buscando su sombra.




* Escuchando 'Time is running out - Muse'

4.4.07

The cute manifesto

Bien. Son las 17:15, tengo la tarde libre, mi autobús sale a las 19:00 de Avenida América, me he tirado una hora al teléfono, no he fregado, he estado un rato leyendo, recreándome en mis gilipolleces y, por supuesto, la maleta sin hacer. No puedo evitarlo... me gusta el riesgo, andar siempre con el límite pisándome los talones, percibir cómo aumenta la tensión a medida que las agujas corren sigilosamente hacia ese minuto clave en el que no puedo retrasar más aquello que no me apetece hacer nada, nada, nada... Es como ponerme a prueba a mí misma... ¿cuánto sufriré esta vez para llegar a tiempo y sin olvidarme nada? En realidad yo creo que es algún trauma infantil que consiste en llevar la contraria a mi madre (ella que siempre tiene todo taaan controlado).

Bueno, yo en realidad venía aquí a hablar de mi libro... bueno, de mi cómic. Ayer mi gigante acertó de pleno... ¡como siempre! Y me regaló un maravilloso, precioso y GENIAL cómic titulado 'The cute manifesto'. He leído poquito porque quiero reservarlo para mi laaaargo viaje (suponiendo que no pierda el autobús), pero es que necesito reproducir aquí la segunda parte del manifiesto para que juzguéis por vosotros mismos por qué mi gigante es "el más mejor" de todos :) A disfrutarlo (perdón por las posibles erratas):

CRAFT IS NOT A FRIEND

Okay, I will say it again in a different way for the idiots who couldn't understand me the first time.

When you are shooting for inmortality, anything less than a stunning achievement is a failure. Creating a powerful work of art is like running and leaping across a chasm. It takes all of your strength and you'll be dashed on the rocks and fall to your death. Being a craftsman is like sitting in your woodshop all day carefully building a chair and when you are done you sit on it. Are comics craft? Well, certainly any cartoonist you are likely to meet will tell you "yes". And that's a big problem. Craft is boring. Ever been to a crafts fair? Not unlike a comics convention. Craft sucks.

When a cartoonist sits down to draw, and ther goal is to draw well, they are doomed to failure. No matter how much they practice the best they can hope for is to become a polished hack aping their preconceived ideal of "good comics", to become a mere hollow shell of the cartoonists who came before.

For one reason, there is no objective "good" in art. Someone could conceivably thing 'Spawn' is well drawn and thing 'Penauts' is poorly drawn (although that sounds insane to me). So if you are trying to draw well what you are shooting for is illusory. There is, objectively, no such thing.

However, if you are burning up inside with the need to express yourself, if there's something you desperately need to say, when you sit down at the drawing table you think "how am I going to say this? How am I going to express myself so the people will understand?" The art will be slave to the content. Either the artist expresses the meaning, emotion, and power of their vision or they do not. The comic succeeds or fails on these terms. The notion of quality is meaningless.

* Escuchando: 'English country garden' - The Darkness - 17:39!!!!