12.6.06

Sin afecto ni rencor

Cuando estás seguro de que nada puede ir peor, siempre hay algo que va peor. Pero cuando estás seguro de que podría ir peor, efectivamente, todo sigue su curso. Tristeza, decepción y rabia contenida son sentimientos difíciles de expresar cuando sientes que te ahogas; cuando no permites que nada ni nadie penetre tu ya curtida piel, porque no soportas que nadie se lleve ni un trocito más de tu cuerpo, ni un solo pedazo de tu corazón, ni una insignificante parte de tus sentimientos. Y aún y con todo, sólo te repites a ti mismo: tonto, tonta, tonto, tonta, soy muy tonto, soy muy tonta.

Un agobio empujándote, unas paredes que se te caen encima y tú sólo lloras para ver si inundas la habitación contigo dentro. Un mundo que corre detrás de ti intentando pillarte y que esperas que lo haga y te aplaste de una puta vez... como todas las demás, putas todas: vienen, sacan lo mejor y lo peor de ti y se van dejándote un olor a perfume revenido y soledad enfrascada. Un olor ya familiar, como tu soledad. Quieres ser como ellas, puta, y nunca lo conseguirás, porque siempre esperas más, algo más de quienes te rodean, algo más de ti mismo. Pero qué esperas, ¿algo tan insignificante como el afecto? Esa palabra debería desaparecer del diccionario, porque ya lo ha hecho de nuestro vocabulario y de nuestras vidas. El afecto para ti y para mí, ha muerto.

* Escuchando 'Parte de lo que me debes' - Los Planetas

No hay comentarios: