Hay que ver cómo pasa el tiempo, para bien y para mal. En un momento (periodo de tiempo chiquitico) me acabo de dar cuenta de varios hechos con consecuencias importantes:
- Hace dos meses que no me pasaba por aquí, lo que quiere decir que...
- Paradójicamente, mi tiempo libre va menguando con el paso el tiempo (cada vez se hace más chiquitico, chiquitico). Es como la vida misma: hay un momento en el que paras de crecer para empezar a menguar, y sin embargo...
- Silvitxu ya tiene 35 añitos y, como los vinos, cada vez se está poniendo más buenorra (no digo nada de su personalidad ni carácter que ya tiene muchos piropos en ese sentido :P), pero es que además...
- ¡Mi jefe ya es un cuarentón! ¡¡Y mi hermano un treintañero!! Hecho que ha propiciado que...
- Al fin he aprendido a hacer bizcochos, que aunque están buenos no lo son tanto como...
- Rufus Wainwright al que ya he visto 3 veces en 2 años y cada vez es mejor. Su voz, sus canciones, su espectáculo, su generosidad (3 horas de concierto), su creatividad, su encanto... Todo un artistazo al que cada vez admiro más, aunque no comparable a...
- Mi gigante, que con la tontería ya lleva un ratico (ya no tan chiquitico) acompañándome, queriéndome, sorprendiéndome, haciéndome reír, sentirme especial y, sobre todo, muy afortunada.
Tópicos que sólo vienen a confirmar el gran tópico: el tiempo pasa cada vez más rápido. Atrás dejé los 23 (mi edad preferida), ya se termina el 2007 (el que ha sido "mi año" según Oskia) y, a diferencia de Silvia, daría por cualquier cosa por vivir en el 'Día de la marmota'. Por no cambiar ni una coma de mi rutina, porque aunque lo bueno podría ser mejor, también lo malo podría ser peor, y la balanza nunca estuvo tan equilibrada como ahora.
*Escuchando 'Hoppípolla' - Sigur Rós
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2 comentarios:
No lo digo yo, lo dicen las estadísticas.
Sí, pero tú eres mi analista personal :P
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