Me gustan las flores porque llevan la alegría y la vitalidad allá donde se colocan. Detrás de cada flor siempre hay un significado, un sentimiento, aunque supongo que no transmitirán lo mismo a todo el mundo. Por ejemplo, para mí la rosa es la pasión personificada; la orquídea representa la delicadeza; la gerbera alegría y la lavanda tranquilidad. Pero es la margarita, con su sencillez y su aparente ingenuidad la que consigue transmitirme dos sentimientos que adoro: ternura y cariño.
Ahora 40 pequeñas demostraciones de ternura y cariño adornan mi ventana para recordarme, en los días tontos como hoy, por qué llegaron hasta allí.
*Escuchando 'Flowers in the window' - Travis
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