Aparentemente sólo me separan dos horas y media en tren para dar un abrazo a la personita que más lo necesita en este momento. Pero hay algo mucho más poderoso que el tiempo. Hay miedo. Miedo a su rechazo, miedo a su incomodidad, miedo a su enfermedad, miedo a sus preguntas sin respuesta... miedo a su miedo.
De repente, es como si me hubieran inyectado una mezcla de pánico, incertidumbre, tristeza e impotencia. Y todo para al final darme cuenta de lo que ya sabía pero olvido con facilidad: lo frágiles que somos.
Nadie nos enseña a manejar situaciones como ésta, pero por algún motivo tengo la sensación de que no lo puedo estar haciendo peor. Y sólo se me ocurre solucionarlo como todos... con unas absurdas flores.
En este momento me encantaría tener el guión de mi vida para poder hacer spoilers de este doloroso episodio... y sobre todo para cambiarlo a mi gusto. No puede ser que mi personaje preferido esté sufriendo a todos los niveles. Y no puede ser que yo no pueda hacer nada para evitarlo.
Es tan irreal todo, que sólo puedo decir 'lo siento, Oskia'.
* Escuchando: "Lost" - Coldplay